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La IA estrecha: un presente prometedor

La IA estrecha ya está teniendo un impacto significativo en el mundo. Por ejemplo, los sistemas de recomendación de productos en las tiendas online utilizan la IA estrecha para mostrar a los clientes productos que pueden estar interesados. Los chatbots que se utilizan en atención al cliente utilizan la IA estrecha para responder a las preguntas de los clientes de forma rápida y eficiente. Los motores de búsqueda utilizan la IA estrecha para encontrar información relevante para las consultas de los usuarios. Los vehículos autónomos utilizan la IA estrecha para navegar por las carreteras de forma segura y eficiente.

La IA estrecha tiene el potencial de seguir transformando nuestras vidas en el futuro. Por ejemplo, la IA estrecha podría utilizarse para desarrollar nuevos medicamentos, crear nuevos materiales o incluso diseñar nuevas ciudades.

La IA general: un futuro incierto

La IA general es un objetivo más ambicioso que la IA estrecha. Una IA general sería capaz de aprender y realizar una amplia gama de tareas de manera autónoma. Esto implicaría que una IA general podría ser tan inteligente como un humano, o incluso más inteligente.

El desarrollo de la IA general es un tema controvertido. Algunos expertos creen que la IA general es inevitable y que se desarrollará en algún momento del futuro. Otros creen que la IA general es imposible o que no es deseable.

Si la IA general se llegara a crear, tendría un impacto profundo en la sociedad. Una IA general podría ser utilizada para resolver algunos de los problemas más difíciles del mundo, como el cambio climático o la pobreza. Sin embargo, también podría representar una amenaza para la humanidad, si se utiliza para fines maliciosos.

ChatGPT y Bard

ChatGPT y Bard son modelos de lenguaje grandes (LLM), también conocidos como inteligencia artificial conversacional o chatbots entrenados para ser informativos y completos. Son entrenados en una gran cantidad de datos de texto y son capaces de comunicarse y generar texto similar al humano en respuesta a una amplia gama de indicaciones y preguntas. Por ejemplo, pueden proporcionar resúmenes de temas factuales o crear historias.

ChatGPT y Bard son ejemplos de IA estrecha. Están diseñados para realizar una tarea específica, que es la comunicación y la generación de texto similar al humano. No están diseñados para realizar una amplia gama de tareas de manera autónoma, como lo haría una IA general.

Lo que los distingue; sin embargo, es que tanto ChatGPT como Bard son ejemplos avanzados de IA estrecha. Son capaces de realizar tareas que antes se consideraban imposibles para la IA, como generar texto creativo o traducir idiomas.

 A medida que la tecnología de la IA continúa desarrollándose, es posible que ChatGPT y Bard se vuelvan más sofisticados y capaces de realizar tareas que actualmente están reservadas para la IA general.